Por Manuel Salazar
El Gran Santo Domingo, Santo Domingo, DN 30 de nov. de 2018.- La oligarquía criolla, su gobierno, medios y alcahuetes, no cesan los ataques contra Juan Hubieres y FENATRANO, amparados en el discurso de querer «romper el monopolio del transporte «.
Esta es la excusa, falsa por cierto, porque en el transporte de pasajeros no existe tal monopolio, toda vez que en el sector concurren diversos sectores e intereses.
El propósito de fondo de esos ataques tiene dos vertientes:
1.- Acaparar ese sector, integrarlo a su dominio económico, y continuar el proceso de concentración de la propiedad económica. Como han ido arrinconando al comercio detallista, a través de las grandes plazas y megacentros comerciales.
El pez grande sigue en su afán de comerse al chiquito.
El transporte popular público es de lo poquísimo que queda sin ser devorado por el gran capital.
2.- El otro propósito es quitar del medio al «respondon», el que canta las verdades, que dice las cosas por su nombre, que llama mafias a quienes controlan todo de mala manera, y pretenden seguir controlandolo todo.
Juan Hubieres y Fenatrano, es de los pocos que critican, cuestionan, enfrentan, de manera directa a ese poder económico y político. Son un incordio para el Gran capital y su poder político.
Estas son las causas de fondo por las que se le quiere destruir.
Si lograran derrotar el transporte público popular, es cuestión de poco tiempo para que termine el recorrido largo a precios bajos por parte de la gente del pueblo, de los barrios y zonas aledañas a las ciudades.
Una vez los chóferes populares sean desplazados, el Gran capital impondrá sus rutas y precios.
Así que, estamos ante un desafío para la lucha democrática y popular. No es exclusividad de Juan Hubieres y FENATRANO. Es un asunto del pueblo. De la causa nacional y democrática.
Así como defendemos la producción nacional de la voracidad del capital importador y de las empresas multinacionales, así mismo debemos defender el transporte popular.