Theresa May no sería la gran superviviente del año 2018 sin la inestimable ayuda de los conservadores antieuropeos y del lider laborista, Jeremy Corbin. Es difícil establecer cuál de estos dos aliados inesperados de la primera ministra ha demostrado más torpeza a la hora de defender sus posiciones y dar oxígeno a May, cuando parecía que el caos del Brexit terminaba con ella. La tregua de Navidad le ayuda. La votación sobre el acuerdo de retirada de la UE entre Londres y Bruselas se retrasa a mediados de enero. Cuanto más nos aproximemos al precipicio del 29 de marzo de 2019 y se hable de los problemas para suministrar medicinas o volar a Londres, más diputados de los dos grandes partidos optarán por acuerdo de salida como mal menor. Cualquier cosa salvo la locura colectiva de una salida abrupta, un salto sin red para el cual ningún Estado miembro estaría preparado, y menos con la envergadura y la interdependencia de la economía británica con el continente. May espera recibir además como regalo de Reyes una declaración política de sus 27 socios. Serán buenas palabras sobre lo pactado en torno a Irlanda del Norte y su estancia obligatoria en la Unión Aduanera, pero ella las esgrimirá en Westminster como una victoria diplomática. El fondo no cambiará, porque se pondría en peligro el acuerdo de paz de Viernes Santo para la isla de Irlanda.
Estas pequeñas ventajas tácticas solo incrementan de forma marginal las posibilidades de May de conseguir que el Parlamento apruebe el tratado de retirada. El Brexit a estas alturas es un proceso que ha descarrilado y nadie sabe cómo termina. La posibilidad de un segundo referéndum cobra fuerza, hasta el punto que se ha debatido ya en el gabinete. Si a mediados de enero May fracasa en su intento de conseguir el respaldo de la Cámara, es muy probable que entremos en tiempo de prórroga o incluso de retirada de la petición de salida conforme al artículo 50. Brexit entonces no significará nada, hasta que una mayoría de diputados de distintos partidos decidan qué hacer con esta calamidad.