Con ello, China ha levantado una nueva muralla: evitar así la comercialización de terminales iPhone, uno de los terminales más vendidos del mundo. No obstante, esta prohibición no afecta por el momento a los nuevos modelos, iPhone XS, iPhone XS Max y iPhone XR, recientemente lanzados. La razón obedece a que en el momento de presentar la demanda contra Apple estos dispositivos todavía no se habían comercializado. Qualcomm exige la paralización de las importaciones de iPhone que no llevasen instalados sus propios microchips.
Las patentes que se reclaman se basan en algunas funciones que permiten a los usuarios editar y cambiar el tamaño de las imágenes y gestionar las aplicaciones mediante la pantalla táctil. Pese a este anuncio, Apple ha asegurado que los iPhones se podrán comprar por los consumidores chinos y que la fabricación, que se lleva a cabo en varias factorías de China, seguirá en los mismos términos como hasta ahora. «Los esfuerzos de Qualcomm para prohibir nuestros productos supone otro movimiento desesperado de una compañía cuyas prácticas ilegales se encuentran sujetas a investigación por parte de diversas agencias en todo el mundo», explican en un comunicado fuentes de la firma de la manzana.
Por su parte, el vicepresidente ejecutivo de la empresa, Don Rosenberg, ha insistido en un comunicado en las acusaciones contra la compañía: «Apple continúa beneficiándose de nuestra propiedad intelectual mientras rechaza compensarnos. Estas órdenes del tribunal son una confirmación más de la fuerza que tiene el amplio portafolio de patentes de Qualcomm».
Esta prohibición coincide en medio de una serie de disputas entre Estados Unidos y China en la venta de teléfonos móviles. El Gobierno estadounidense, apoyado por diversas investigaciones del FBI y sus servicios de inteligencia, sospechan que firmas como Huawei, una de las principales del sector, facilita información de los usuarios a través de sus dispositivos. Esta semana Canadá anunció la detención de Sabrina Meng Wanzhou, directora financiera de Huawei.
Las autoridades, a petición de EE.UU., le acusan de intentar violar las sanciones contra Irán, país en la lista negra del gobierno de Donald Trump
. «Nosotros continuaremos haciendo seguimiento de la vista el próximo lunes. Tenemos mucha confianza en que los sistemas legales de Estados Unidos y Canadá lleguen a la conclusión correcta», sostienen en un comunicado fuentes de la firma china. No es la única firma china acusada en estos términos, puesto que este año se vetó la venta de productos de ZTE, firma de telecomunicaciones y fabricante de teléfonos, al entender que proporcionaba componentes al régimen de los ayatolás.