Kramp-Karrenbauer, de 56 años, AKK como la llaman, es la propuesta y protegida de Merkel para una política de continuismo y alejada de toda autocrítica respecto a estos pasados años. Ganó por 517 votos a 482 a Friedrich Merz, un candidato que propugnaba un giro hacia una política nueva de recuperación de los valores conservadores, batalla cultural a la izquierda y fin de asimilación de políticas socialdemócratas que le reprocha a Merkel. También aboga por firmeza en la ley y endurecimiento de la política de inmigración y seguridad. Antes quedaba excluido en una primera votación, el ministro de sanidad del gobierno de Angela Merkel, el joven renano Jens Spahn, de 38 años, partidario de un giro aun más contundente a la derecha que Friedrich Merz.
Con Merkel aun firmemente anclada en la cancillería, ha sido ilusorio creer que alguien podía imponer su voluntad contra ella en el aparato. La CDU sigue en manos de Merkel, comprometida en una política socialdemócrata que la ha hundido. Como ha hundido al SPD al arrebatarle todo espacio. En la derecha, donde querían competir los candidatos derrotados, se amplía el espacio de un partido ayer feliz con el resultado, la AfD. Este congreso le creará más problemas a la CDU y no resolverá ninguno.