Cuba anunció esta semana la retirada de sus médicos, después de que Bolsonaro, un ultraderechista capitán de la reserva del Ejército, afirmó que los cubanos estaban en el país en condiciones de «esclavitud» que no aceptaría cuando asuma el poder, el próximo 1 de enero. Según Bolsonaro, esa condición está dada por el hecho de que los médicos cubanos reciben apenas el 30 % del salario, pues el resto es dirigido al Gobierno de La Habana, al que califica de «dictadura».
Los cinco primeros vuelos rumbo a La Habana están programados para el jueves, el viernes y el sábado de esta semana, según un comunicado divulgado hoy en Brasil por la Organización Panamericana de Salud (OPS), que intermedió la contratación de los profesionales isleños.
«Algunos de los profesionales del programa de cooperación internacional ya comenzaron a salir de los municipios a los que habían sido asignados rumbo a los polos de salida de los vuelos», según la OPS.
Los vuelos rumbo a Cuba partirán desde Sao Paulo, Brasilia, Manaos y Salvador. De acuerdo con la organización multilateral, la previsión es que los 8.332 médicos cubanos que se encuentran actualmente en Brasil abandonen el país hasta el 12 de diciembre próximo.
La respuesta del Gobierno brasileño
El Gobierno brasileño advirtió el pasado lunes que toda la logística y el transporte de los médicos tendrá que ser organizada y costeada por Cuba debido a que ese país rescindió unilateralmente el contrato que tenía con Brasil desde 2013.
Bolsonaro defendió que el Gobierno brasileño le conceda asilo a los médicos cubanos que quieran permanecer en el país.
El Ministerio de Salud de Brasil abrió este mismo jueves el plazo de inscripción para un concurso con el que pretende sustituir a los cubanos por médicos brasileños y en pocas horas recibió unas 3.000 inscripciones.
El programa «Más Médicos» fue creado en 2013 por la entonces presidenta Dilma Rousseff (2011-2016) con el objetivo de garantizar la asistencia sanitaria en las regiones más apartadas y humildes de Brasil, ya que los profesionales brasileños prefieren ejercer en las grandes urbes.