El gen BRCA2 relaciona el cáncer de próstata más agresivo con el tumor de mama hereditario

Un grupo importante de pacientes con el cáncer de próstata más agresivo se asocia a mutaciones en el gen BRCA2 -relacionado también con cáncer de mama hereditario, ovario y páncreas-, y podría beneficiarse de secuencias de tratamiento diferentes a las que actualmente se aplican en la clínica. Los datos de un estudio que se publica en «Journal of Clinical Oncology», realizado en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), demuestran que las mutaciones en BRCA2, y en otros genes de la reparación del ADN, son factores pronóstico en este tipo de tumor.

Asimismo, sugiere que algunas terapias que interfieren con los mecanismos de reparación del ADN, como los inhibidores de PARP, cuyo uso está aprobado ya en cáncer de ovario, o el carboplatino, un fármaco de menor coste ya aprobado y utilizado rutinariamente para otros tipos tumorales, como cáncer de mama y ovario, podrían ser una opción en estos pacientes.

Precisamente, los investigadores han obtenido financiación del Departamento de la Defensa de EE.UU. para desarrollar un ensayo clínico en España que demuestre la efectividad de los platinos en pacientes con cáncer de próstata y defectos de la reparación del ADN.

El cáncer de próstata uno de los tumores más frecuentes en los varones. Se calcula que hay 30.000 casos en España anualmente y causa la muerte a 6.000 personas. Aunque en los últimos años la supervivencia ha aumentado de forma continuada debido al diagnóstico precoz, todavía representa la tercera causa de muerte por cáncer en hombres europeos.

Las mutaciones en BRCA2, y en otros genes de la reparación del ADN, son factores pronóstico en este tipo de tumor

Afortundamente, explica la investigadora del CNIO Elena Castro, la mayoría de los tumores se detecta en estadios muy iniciales, y el pronóstico es entonces mucho mejor. «Cuando el tumor está en fase avanzada la forma más habitual de combatirlo es mediante bloqueo hormonal, pero hay pacientes que no responden a este tratamiento. Es lo que se llama cáncer de próstata metastásico resistente a la castración». Una parte de estos pacientes, además, responde peor a las terapias aprobadas para este cáncer de próstata, el más agresivo. En general, la supervivencia media en pacientes de cáncer de próstata avanzado no supera los tres años tras hacerse resistentes al bloqueo hormonal.

Cuando el tumor está en fase avanzada la forma más habitual de combatirlo es mediante bloqueo hormonal, pero hay pacientes que no responden a este tratamiento

El hallazgo del grupo liderado por Castro, Nuria Romero-Laorden y David Olmos, implica que los familiares de pacientes de cáncer de próstata con mutaciones en BRCA2 y en otros genes de la reparación del ADN podrían tener un mayor riesgo de desarrollar cáncer, y por tanto deberían acceder a programas de prevención del cáncer familiar.

Secuencia errónea
Además, el nuevo trabajo muestra que los pacientes de cáncer de próstata con mutaciones en BRCA2 evolucionan peor y responden mal al tratamiento habitual para esta enfermedad. Los investigadores estudian ya si podrían beneficiarse, de otras terapias ya en uso en cáncer de ovario y mama. Por ejemplo, señala Castro, es posible que la secuencia de tratamiento que se aplica actualmente no sea la más adecuada en estos casos y que respondan mejor si se cambia.

David Olmos y Elena Castro

CNIO
Estos resultados son los primeros del estudio PROREPAIR-B en el que han participado 38 hospitales de toda España. Durante cinco años −desde 2013− se ha seguido a más de 400 pacientes de cáncer de próstata metastásico del tipo resistente a la castración −o bloqueo hormonal−, para analizar sus rasgos genéticos y relacionarlos con el progreso de la enfermedad y la respuesta al tratamiento. El PROREPAIR B busca marcadores genéticos que permitan identificar lo antes posible a los pacientes de peor pronóstico. Además, conocer mejor los rasgos genéticos de los tumores más agresivos ayuda a explorar nuevas vías de tratamiento.

El PROREPAIR B busca marcadores genéticos que permitan identificar lo antes posible a los pacientes de peor pronóstico

En concreto, analizan patrones genéticos asociados a los defectos en los mecanismos de reparación del ADN. «Sabíamos que la vía de reparación del ADN es muy importante en cáncer de próstata, lo que no sabíamos es la proporción de pacientes con enfermedad avanzada y mutaciones heredadas en estos genes en nuestra población», afirma Castro.

El análisis ha mostrado que el 3% de los pacientes tiene mutaciones en BRCA2, que asciende hasta el 16% cuando se consideran todos los genes asociados con la reparación del daño del ADN y analizados en el estudio.

«Esta es la primera demostración basada en el seguimiento de los pacientes desde el diagnóstico de cáncer avanzado de que las mutaciones en BRCA2, por sí mismas e independientemente de otros factores, confieren peor pronóstico y pueden condicionar diferente respuesta a los tratamientos», explica Castro.

Estamos trabajando para entender las características que hacen a estos tumores más agresivos y para definir nuevas estrategias de manejo que mejoren el pronóstico de estos pacientes

La investigadora subraya además el hecho de que se han identificado mutaciones heredables, a pesar de que en muchos casos no existían antecedentes familiares de cáncer que hicieran sospechar la presencia de estas alteraciones. «Buscar estas mutaciones en los pacientes con cáncer de próstata metastásico es importante para el pronóstico y el manejo de estos pacientes, pero también para sus familiares, dado que aumentan el riesgo de otros tumores como cáncer de mama, ovario y páncreas», subraya Castro.

En conclusión, el estudio demuestra que los protocolos de tratamiento y seguimiento que utilizamos en los pacientes con cáncer de próstata avanzado pueden ser insuficientes para aquellos con mutaciones en BRCA2. «Estamos trabajando para entender las características que hacen a estos tumores más agresivos y para definir nuevas estrategias de manejo que mejoren el pronóstico de estos pacientes», indica Olmos, jefe de la Unidad de Investigación Clínica de Cáncer de Próstata del CNIO y uno de los coordinadores del trabajo.