Por: Victor Turbi Ysabel
El gran, agudizado y profundo problema de la Defensa Pública en República Dominicana, NO es ni será exactamente de un Director (Las principales decisiones de la Oficina Nacional de Defensa Pública en políticas-públicas jurídicas se toman de manera colegiada, incluso otras instituciones).
La significativa problemática radica en el esquema, estructuración, metodología y mecanismo utilizados para evaluar y asumir los casos, que debe ser en virtud de requisitos específicos, el cual se correspondan en su justa dimensión a una necesaria y merecida defensa efectiva (La cantidad de casos:
- Económicamente sería barril sin fondo;
- Defensas, instancias, y acciones recursivas con anemia jurídica; y
- Defensores sin las más mínimas condiciones de espacios físicos, tecnológicos y sin herramientas para la investigación, que conlleva mínimamente una aceptable defensa).
De las dos observaciones anteriores se desprende que, de manera irrespetuosa se escucha decir: Tal o cual defensor tiene a su cargo 125 y hasta 150 procesos, elementalmente no es posible tener un buen desempeño con esta cantidad, y nadie está obligado a lo imposible, lo que técnica y procesalmente ni siquiera imaginar (Defensas, y demás, sólo en cuanto a la forma y en el fondo, jurídicamente no se tiene idea).
Hace mucho tiempo, la Defensa Pública, perdió su verdadera esencia fundamental para lo cual fue creada y establecida en nuestra legislación dominicana, se inclinó en trayecto por un derrotero muy distante de lo que es defensoría pública efectiva en otros países de la región, y de nuestra propia realidad jurídica, social y económica (Para debilitarla más, se creó representación de las víctimas en justicia, no entendiéndose así que el Estado es lo suficientemente fuerte para accionar en defensa de estas víctimas, y no tener que destinar éstos recursos económicos y humanos a tales fines, todo lo contrario; debieron ser para fortalecer aún más, la propia defensa pública); y
Finalmente, de no producirse una reforma legislativa profunda, en aras de definir su original rol, naturaleza, y operatividad, la Defensa Pública, al final de todos los años en el último trimestre, tendremos:
- Solicitud de mucho, pero mucho más recursos económicos al Congreso Nacional;
- Evidente aumento, y por ende, ahogamiento de procesos para los defensores;
- Menos calidad, eficiencia, funcionamiento, y avance de esa Institución;
- Muy pocos defensores en el país, la ley de la oferta y la demanda, y además, desencanto de los mismos por las propias condiciones; y
- Como uno de los actores importantes en todo Sistema de Justicia, será sólo uno más, convirtiéndose así en otro problema que hace más crítico y limitado, precisamente: El Sistema de Justicia Dominicano.
El próximo escrito lo será en el mismo contexto del tema en cuestión, pero desde una dinámica y punto de vista Constitucional, Convencional y Legal.