La revuelta de «los boteros» agrava la crisis de transporte en Cuba

La crisis del transporte en Cuba ha sido agravada por el hostigamiento y el conjunto de prohibiciones implementadas desde el régimen contra los transportistas privados, coincidieron habaneros encuestados durante las últimas semanas.

Como respuesta a estas restricciones centenares de transportistas privados habrían entregado sus licencias, convocando a una huelga nacional, denominada «El Trancón», que habría de iniciarse el pasado 7 de diciembre con una manifestación pública ante el capitolio habanero, sede del Parlamento unicameral del régimen.

Según el documento, que circuló durante semanas previas en las redes sociales, «desde el 7 de diciembre y durante diez días, no saldremos a trabajar boteros (transportistas privados), choferes de cooperativas y de autobuses estatales, los motociclista, camioneros de pasajes y conductores todos», un hecho que se tradujo en graves afectaciones en el panorama de la transportación urbana en La Habana.

«El Trancón», una reacción contra las nuevas medidas implementadas por el régimen que contemplan como único propósito asfixiar al sector privado en la Isla, habría reflejado entre sus exigencias: libertad de movimiento hacia todo el territorio nacional incluyendo lugares turísticos como Viñales, Varadero y Trinidad; eliminar la cantidad de combustible mínima a pagar; aumentar los salarios a los choferes estatales; garantizar un mercado mayorista; implementar un mercado libre; reconocer la inversión en la empresa privada para los cubanos dentro y fuera de la Isla, y permitir sindicatos independientes.

La Resolución 175/2018 del Ministerio de Transporte (Mitrans), cancelará la licencia operativa para aquellos transportistas privados que no acaten la tarifa que fijada por el Estado, que cancelen el contrato con el operador, que emplee indebidamente el combustible asignado, que opere en una ruta no autorizada, o que reduzca el recorrido impuesto.

Otras arbitrariedades
Aunque «El Trancón» no llegó a concretarse en los términos expresados en el llamamiento, no pocos transportistas privados habrían adoptado estrategias con el objetivo de agudizar la crisis y llamar la atención del Gobierno para escuchar las demandas de este sector.

Un funcionario de la Dirección Provincial de Transporte reconoció que «es cierto que se neutralizó la huelga, pero el Estado tampoco tuvo una respuesta permanente, sino un parche para una semana. Hay que reconocer que el sol no se tapa con una medida momentánea, y en mi criterio, el Estado tiene que negociar con beneficios reales a los boteros».

«El Trancón» no habría sido el primer llamamiento a una huelga por parte de los transportistas privados.

El 27 de febrero de 2017, los transportistas privados en La Habana convocaron a un paro a través de un documento que denunciaba, entre otras arbitrariedades, que los boteros eran «víctimas cotidianas de un asedio por parte de la policía, de los inspectores estatales y otras entidades».

En aquel entonces elementos del Ministerio del Interior [MININT] establecieron un fuerte operativo en varios puntos céntricos de La Habana, que incluiría el cierre de los accesos hacia la Plaza de la Revolución.