La sobreactuación permanente

Los Balcanes han servido siempre y mucho a toda Europa para decir tonterías. Pero, sobre todo, para cometerlas. Para las capitales occidentales cuando no producen malas noticias, los Balcanes no existen. Pero allí a la vida sigue y todos tienen intereses que defender y preocupaciones que calmar. Pasa el tiempo y pasan cosas. Hasta que salta una notica. Que sobresalta porque es mala o también a veces, como ahora me atrevo a decir, solo es mala porque sobresalta. Más de diez años después de proclamar la independencia, el gobierno de Kosovo, antigua provincia autónoma que Serbia perdió en la guerra, reconocido como estado soberano e independiente por más de 110 estados, decide transformar sus fuerzas de seguridad en un ejército regular. Su milicia de tresmil que trabaja auspiciada por las fuerzas de la OTAN, KFOR, serán un ejército regular de cinco mil, a finales de la próxima década con tres mil reservistas.

Si España, Grecia y alguno más no se hubieran obcecado en equivocarse con sus ridículos fantasmas de paralelismos inexistentes nadie estaría ahora preocupado porque las maltrechas milicias de Kosovo se llamen ejército o no. Que Serbia sobreactúe es lógico, que lo haga la UE o sus miembros es ridículo. La OTAN se ha quejado, pero con pudor y poco. Los gobernantes españoles calman su mala conciencia causada por la propaganda barata de esos separatistas, dando puntapiés a Kosovo. Empeñados en mantenerlo en el limbo. Para acusarlo después de ser un estado mafioso. Cuando hay estados más mafiosos por allí y muy reconocidos por todos. Después de una guerra de cientos de miles de muertos -allí no fueron los 60 muertos de Eslovenia- no volverá nunca a ser Serbia a no ser que Rusia se haga con todos los Balcanes. Y para que eso no pase y como nadie se fía de la Europa tal como está, Kosovo tiene, como la hermana y vecina Albania, un poderoso garante que es EEUU. Ayer EEUU entendió y saludó esta modesta transformación que es la creación del ejército kosovar que no justifica ninguna histeria. Ojalá fueran esos los problemas europeos.