las elecciones del pasado domingo para escoger a 2.459 concejales de los 335 municipios del país, donde el régimen chavista se adjudicó más del 90% de los cargos, sin que durante el escrutinio hubiera presencia de testigos opositores en muchos centros, lo que generó más dudas que certezas en el proceso.
A las 22.30, hora local, y con algunos centros de votación abiertos más allá del cierre oficial de las 18.00 horas, la presidente del Consejo Nacional Electoral, Tibisay Lucena, anunció que el nivel de participación total fue del 27,4%.
La cifra oficial contrasta con un sondeo a pie de urna que circuló en las redes a partir de la hora de cierre de los centros, que apuntaban a una participación del 11,16%, lo que supone 18,4 millones de personas empadronadas que no votaron. El opositor Enrique Aristeguieta señaló a través de Twitter que Lucena dice que hubo un 72% de abstención, «significa que fue por lo menos del 82%. Parece que una vez más, los radicales teníamos la razón».
Lucena afirmó que de los 335 municipios, 156 ya son adjudicables, de los cuales 142 fueron ganados por el oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y 14 de la oposición, que perdió su bastión, que era imbatible, del caraqueño municipio de Baruta. En cuanto a cargos nominales, de los 467 adjudicables, 449 son para el PSUV y 18 para otros partidos.
Estos comicios de asambleas de concejales fueron separados de manera inconstitucional de la elección de alcaldes celebrada hace un año, también convocada por la Asamblea Nacional Constituyente, un órgano creado por el mandatario venezolano, Nicolás Maduro, y cuestionado por la oposición y la comunidad internacional.
La guinda de las irregularidades en estas elecciones es que el régimen también inhabilitó a los cuatro partidos más importantes de la oposición -Acción Democrática, Primero Justicia, Voluntad Popular y Un Nuevo Tiempo- para dejarle el camino abierto al PSUV.
El diputado Ángel Medina, de Primer Justicia, dijo que lo de este domingo «fue una farsa continuada, se viene arrastrando desde la ilegítima elección de la Constituyente, pasando por el fraude del 20 de mayo, donde no hubo una elección presidencial libre». El diputado se refirió también a la coerción electoral con las dádivas ofrecidas por Maduro, como el pernil y el bono de 3 euros para los poseedores del «carné de la patria», unos 14 millones de venezolanos. «Ayer vimos nuevamente cómo el régimen utiliza la necesidad de los venezolanos para chantajear y manipular el voto de nuestro pueblo. A pesar de eso, el pueblo resistió y habló fuerte con su abstención», subrayó. Medina mencionó además el asesinato de un indígena pemón por defender las minas de oro contra los depredadores.
Desde Voluntad Popular, el partido fundado por el opositor en arresto domiciliario Leopoldo López, el diputado Juan Andrés Mejía insistió en que el domingo no hubo una verdadera elección e recalcó la necesidad de un proceso con las garantías necesarias para que se exprese la voluntad del pueblo. «La situación puede cambiar, pero solo en la medida en que nos organicemos y nos activemos. La comunidad internacional no va a ser quien produzca el cambio en Venezuela», advirtió.