Marx al revés: el PC cubano se queda con la plusvalía de los trabajadores

Cuba ha empezado a repatriar a los 8.332 médicos que desde 2013 trabajan en Brasil, en el marco del acuerdo firmado entonces por La Habana y el Gobierno izquierdista de Dilma Rousseff para aumentar la atención sanitaria en las regiones más apartadas y pobres del país. La repatriación es una medida unilateral del régimen castrista, pero se produce a raíz de las declaraciones de Jair Bolsonaro, que asumirá la Presidencia de Brasil el 1 de enero, quien hace unos días calificó a esos médicos cubanos de «esclavos de una dictadura».

Bolsonaro recordó que el acuerdo establece que el Gobierno de Brasil paga a La Habana el sueldo completo de los 8.332 médicos, pero estos reciben a su vez del régimen cubano solo el 30 por ciento del salario. «No podemos seguir manteniendo a una dictadura», advirtió Bolsonaro, que dejó la puerta abierta a que los médicos que lo deseen pidan el asilo político en Brasil. Antes de que lo hagan, La Habana ha decidido correr con los gastos de su repatriación urgente.

La increíble situación de los cubanos que trabajan para empresas o actividades extranjeras es bien conocida en la isla. Hay unos 40.000 cubanos trabajando para empresas mixtas o extranjeras, en centenares de proyectos. Cuba abrió en su día las puertas a las firmas extranjeras por su avidez de divisas, pero dejó claras las reglas. Las firmas extranjeras deben pagar en dólares directamente al régimen, y éste paga en pesos cubanos a los empleados. En términos reales, por cada dólar que el régimen cubano le cobra a la firma extranjera le paga a su trabajador el equivalente a 8 centavos. La «filosofía» es evitar que el cubano que trabaja para extranjeros cobre más que el resto de sus conciudadanos. El promedio de salario mensual en Cuba es de 466 pesos, unos 20 dólares.

La práctica es muy sustanciosa para el partido comunista cubano, que controla todas las instancias del poder en la isla. Pero produce una situación surrealista para todo observador marxista coherente. La praxis de La Habana convierte al PC en el mayor capitalista explotador del país, al apropiarse de una inmensa plusvalía del trabajo de los obreros. La plusvalía, también conocida como plus-valor, fue definida por Marx en su obra El Capital como el valor no pagado del trabajo del obrero que crea un plusproducto del cual se hace propietario el empresario, originando así la esencia de la explotación o acumulación capitalista.