Misteriosas incursiones con drones asediaron una base militar de EE.UU. durante 17 días

La Fuerza Aérea de Estados Unidos ha confirmado que la base aérea de Langley, que es una de las zonas más estratégicas del país, fue asediada durante 17 días por misteriosas incursiones de drones . La presencia continua de estas aeronaves fue considerada una amenaza para la seguridad nacional, y provocó la llegada de respaldo de tecnología punta militar. Entre ellos uno de los aviones de investigación de alto vuelo WB-57F de la NASA. Sin embargo, como informa ‘The Wall Street Journal’, los funcionarios estadounidenses no saben cómo detenerlos. Un hecho que el medio especializado ‘The War Zone’ ha estado investigando. Y un portavoz de la Base Aérea de Langley en un comunicado enviado a este medio explicaba que «la instalación observó por primera vez actividades de UAS (sistemas aéreos no tripulados) la noche del 6 de diciembre de 2023 y experimentó múltiples incursiones a lo largo del mes. La cantidad de UAS fluctuó y variaron en tamaño y configuración». Los especialistas han llamado la atención que actividades de este tipo se han ido produciendo en otras bases militares estadounidenses y en infraestructura civil crítica como las plantas de energía nuclear, donde fueron detectados enjambres de drones sobrevolando la zona. También se han registrado casos de b uques de guerra estadounidenses que fueron atacados en masa frente a las costas de los Estados Unidos hasta aviones militares que han tenido encuentros con estos intrigantes drones. Pero a los especialistas les ha preocupado la frecuencia y naturaleza de las incursiones de Langley. La preocupación reside en que la base aérea Langley es parte formal de la base conjunta Langley-Eustis. Estas instalaciones están situadas alrededor de Newport News que alberga astilleros comerciales y de la Marina de los EE. UU. Y tiene al sureste a la Estación Naval de Norfolk, donde está la mitad de la flota de portaaviones de los EE. UU.   Además, Langley resguarda a los aviones de combate furtivos F-22 Raptor , usados como apoyo para las misiones de NORAD- que provee de defensa y control aéreo a toda Norteamérica- y a NORTHCOM que da apoyo militar a las autoridades civiles. En las proximidades también está la Estación Aérea Naval Oceana,base de aviones tácticos de la Marina y los cuarteles del FBI y la CIA. Es decir es una zona donde se encuentra toda una batería de puntos tácticos altamente sensibles. ‘The War Zone’ explica que grupos de drones, incluso pequeños tipos disponibles comercialmente sin ningún tipo de capacidad armada, podrían impedir las operaciones de vuelo y realizar una vigilancia muy valiosa. «Su sola presencia sondea eficazmente las defensas y puede proporcionar información fundamental», indicaron. Y describen que «si bien los F-22 son los cazas más difíciles de enfrentar en el cielo, drones comparativamente simples podrían destruir docenas de ellos mientras permanecen inactivos en el suelo, y lo pueden hacer a grandes distancias». El general James Holmes en el pasado llegó a plantear ante la Asociación de la Fuerza Aérea un escenario concreto: «Imagínense un mundo en el que alguien vuela un par de cientos de ellos y hace volar uno por la entrada de mis F-22 portando una pequeña. En realidad, sería aún más fácil atacar a los aviones mientras permanecen inactivos y vulnerables en la pista de vuelo . Un enjambre podría destruir un escuadrón entero de cazas muy juntos sin siquiera tener la oportunidad de contraatacar». ‘The War Zone’ compuesto por especialistas en defensa insiste en que la falta de capacidad del ejército estadounidense y otras agencias para responder eficazmente a estas amenazas potenciales es preocupante. Y en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado , el general de la Fuerza Aérea estadounidense Gregory Guillot dijo claramente que en una evaluación de 90 días los comandos afectados deben hacer más a medida «que esta capacidad emergente supera el marco operativo que tenemos para abordarla«. Esta idea también la explicaba a ABC Antonio Crucelaegui, director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Navales de la UPM, «los drones aéreos y submarinos introducen un elemento de desequilibrio muy grande, es decir que tú con un portaaviones y con dos o tres submarinos tienes una fuerza espectacular. Pero si te ataca un enjambre de drones -que son muy económicos- con unos sensores sofisticados, en ese caso, con muy poco dinero pueden conseguir hacer un daño crucial ». Sería el ejemplo perfecto de un David y Goliat moderno.