Tabaco, e-cigarrillos y los nuevos dispositivos son tóxicos para las células pulmonares humanas

Todos son tóxicos: el tabaco, los cigarrillos electrónicos y los nuevos dispositivos de tabaco sin humo ni combustión, como el iQOS. Un nuevo estudio que se publica en ERJ Open Research ha comparado directamente los tres y ha llegado a la conclusión de que los tres son tóxicos para las células pulmonares humanas. El informe sugiere que los nuevos dispositivos, que calientan tabaco sólido en lugar de un líquido, no es menos tóxico para las células que el humo de cigarrillo común.

Los investigadores, coordinados por Pawan Sharma, de la Universidad de Tecnología de Sydney y el Instituto de Investigación Médica Woolcock (Australia), señalan que sus datos se suman a las evidencias que indican que estos nuevos dispositivos electrónicos de suministro de nicotina pueden no ser un sustituto ‘más seguro’.

«Fumar es la principal causa de muerte prevenible. Con la introducción de los cigarrillos electrónicos durante la última década pensamos que no habrá una desaceleracion en la ingesta de nicotina a corto plazo. De hecho, si la tendencia actual continúa, el consumo de tabaco causará más de ocho millones de muertes al año para 2030 en todo el mundo», advierte Sharma.

Si la tendencia actual continúa, el consumo de tabaco causará más de ocho millones de muertes al año para 2030 en todo el mundo

La última incorporación a esta tendencia emergente es la introducción de estos nuevos dispositivos de tabaco sin humo ni combustión. «Debido a que sabemos muy poco acerca de sus efectos sobre la salud diseñamos esta investigación».

Los investigadores probaron los efectos de las tres fuentes de nicotina en dos tipos de células obtenidas de las vías respiratorias humanas: las células epiteliales y las células del músculo liso. En pulmones sanos, las células epiteliales actúan como la primera línea de defensa contra cualquier partícula extraña que ingrese a la vía aérea, mientras que las células musculares lisas mantienen la estructura de la vía aérea. Sin embargo, fumar puede a dificultades para respirar, principalmente al obstaculizar las funciones normales de estas células.

En su trabajo, expusieron las células a diferentes concentraciones de humo de cigarrillo, vapor de cigarrillo electrónico y vapor de cigarrillo sin humo ni combustión. A continuación, evaluaron si era perjudicial para las células y si afectaba a sus funciones normales.

Los investigadores encontraron que el humo del cigarrillo y el vapor de tabaco calentado eran altamente tóxicos para las células, tanto en sus concentraciones más bajas como en las más altas, mientras que el vapor del cigarrillo electrónico demostró toxicidad principalmente en concentraciones más altas. Los investigadores aseguran que estas concentraciones representan los niveles de nicotina que se encuentran en los fumadores crónicos.

El humo del cigarrillo y el vapor de tabaco calentado eran altamente tóxicos para las células, tanto en sus concentraciones más bajas como en las más altas

Sukhwinder Sohal, investigador de la Universidad de Tasmania (Australia), y autor principal del estudio, explica que en su estudio se ha apreciado diferentes niveles de toxicidad celular con todas las formas de exposición en las células pulmonares humanas. Ahora bien, subraya, «no tenemos ninguna duda de que los productos más nuevos sean menos tóxicos para las células que los cigarrillos convencionales o el vapeo de cigarrillos electrónicos»

Por su parte, Sharma añade: «Nuestros resultados sugieren que los tres productos son tóxicos para nuestras células y que los nuevos dispositivos de tabaco calentados son tan dañinos como fumar cigarrillos tradicionales».

No tenemos ninguna duda de que los productos más nuevos sean menos tóxicos para las células que los cigarrillos convencionales o el vapeo de cigarrillos electrónicos
Se ha tardado casi cinco décadas en comprender los efectos dañinos del humo de cigarrillo y aún no se sabe el impacto a largo plazo del uso de los cigarrillos electrónicos

Los expertos advierten que se ha tardado casi cinco décadas en comprender los efectos dañinos del humo de cigarrillo y aún no se sabe el impacto a largo plazo del uso de los cigarrillos electrónicos. «Estos dispositivos que calientan el tabaco son relativamente nuevos y pasarán décadas antes de que podamos comprender plenamente sus efectos sobre la salud humana».

Pero lo ya sí sabemos, subraya, o que sí «es que el daño a estos dos tipos de células pulmonares puede destruir el tejido pulmonar y provocar enfermedades mortales, como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, el cáncer de pulmón y la neumonía, y puede aumentar el riesgo de desarrollar asma. Por ello -concluye- lo que no debemos asumir que Estos dispositivos son una opción más segura».

En este sentido, Charlotta Pisinger, Presidenta del Comité de Control del Tabaco de la Sociedad Europea Respiratoria, y que no ha particpado en la investigación. considera que estos nuevos dispositivos de tabaco se comercializan bajo el concpeto de que producen niveles de compuestos tóxicos un 95% más bajos, debido a que el tabaco se calienta, no se quema. Sin embargo, los primeros estudios independientes han demostrado que se está produciendo una combustión y se liberan compuestos tóxicos y carcinogénicos, algunos en niveles más bajos que en el humo de cigarrillo convencional, otros en niveles más altos. Una revisión de los propios datos de la industria tabacalera sobre estos dispositivos ha demostrado que, en ratas, hay evidencia de inflamación pulmonar y no hay evidencia de mejoría en la inflamación pulmonar y función en fumadores que cambian a estos dispositivos».

The New England Journal of Medicine
La semana pasada científicos de la Universidad Queen Mary de Londres (EE..UU), publicaron un estudio en el que se concluía que los cigarrillos electrónicos son casi dos veces más efectivos que los tratamientos de reemplazo de nicotina, como parches y chicles, en las terapias dirigidas a que los fumadores dejen el tabaco.

El informe se publicó en la prestigiosa revista «The New England Journal of Medicine» y es un ensayo multicéntrico que ha recogido datos de cerca de 900 fumadores que también recibieron apoyo conductual. Los resultados son claros: el 18,0% de los usuarios de cigarrillos electrónicos no fumaba al año, en comparación con el 9,9% de los participantes que utilizaba otras terapias de reemplazo de nicotina.

Este, señalaron sus autores, es el primer ensayo que prueba la eficacia de los cigarrillos electrónicos modernos para ayudar a los fumadores a dejar de fumar. Los cigarrillos electrónicos fueron casi el doble de efectivos que la combinación de nicotina considera como el ‘estándar de oro’ en las terapias de reemplazo, señaló uno de los investigadores más relevantes en este campo, el profesor Peter Hajek, de la Universidad Queen Mary de Londres.

Está abriendo otra vía para atraer a los jóvenes a usar y convertirse en adictos a la nicotina

El nuevo estudio fue financiado por el
Instituto Nacional de Excelencia en Salud de Reino Unido
(NICE), país que en sus guías médicas aconseja el uso de los cigarrillos electrónicos para aquellas personas que intentan dejar de fumar y que el pasado verano lanzó una polémica campaña para dejar de fumar que ha dejó perplejos a muchos expertos de la lucha contra el tabaco de Europa.

Sin , Pisinger advierte que la introducción y la comercialización de nuevos dispositivos es algo muy tentador para los fumadores que quieren dejar de fumar y creen erróneamente que pueden cambiar a otro producto de tabaco inocuo. Y recuerda que, además, «está abriendo otra vía para atraer a los jóvenes a usar y convertirse en adictos a la nicotina. Este estudio agrega evidencia de que estos nuevos dispositivos no son el sustituto seguro para fumar cigarrillos como se los promueve a ser».