En un primer momento, fue una sorpresa que en aquellos comicios los ajustados resultados en un Estado tan conservador como Misisipí obligaran a una segunda vuelta. La republicana Cindy Hyde-Smith hizo campaña como una versión femenina de Trump, prometiendo mano dura con la inmigración ilegal y plagando sus mítines de fotos del presidente. Su estrategia ha dado resultado.
Al final, la disputa por el escaño del Senado en Misisipí se centró en cuestiones raciale
s. Como
a Trump en el pasado, a Hyde-Smith los micrófonos le jugaron una mala pasada: la sorprendieron diciendo que si uno de sus partidarios la invitaba a «un ahorcamiento, estaría en primera fila». En el sur de EE.UU., de hecho, hubo hace décadas ahorcamientos de personas de raza negra durante los años del esclavismo y la segregación.
Además, su contrincante, el demócrata Mike Espy, es de raza negra. Después de que en las elecciones parciales se vieran derrotados los candidatos afroamericanos a gobernador en Florida y Georgia, las esperanzas de este colectivo estaban puestas en Misisipí. Muchos eran los que esperaban que el sur enviara a Washington a un político negro. No ha sucedido y en segunda vuelta Espy ha sido derrotado.
Consciente de que esta segunda vuelta era también un referendo sobre su gestión en un Estado en el que en 2016 ganó por 18 puntos, el presidente echó el resto el lunes. Tuvo dos mítines en una misma noche, en Jackson y Tupelo. Allí, sacó a relucir su vertiente más provocadora: los inmigrantes centroamericanos son criminales, el cambio climático no existe y EE.UU. nunca ha vivido una bonanza económica como la actual.
Inmediatamente después de que la agencia AP haya declarado ganadora a la candidata republicana, el presidente ha tuiteado sus felicitaciones, que también pueden interpretarse como una expresión de alivio después de que los demócratas recuperaran el control de la Cámara de Representantes: «Felicidades a la senadora Cindy Hyde-Smoth por su gran victoria en el gran Estado de Misisipí. Estamos todos muy orgullosos de ti».