Dos semanas después de la toma de posesión de Maduro, un grupo de influyentes senadores republicanos está presionando a Trump para que ofrezca un apoyo más firme a la oposición democrática al régimen venezolano. La semana pasada, Marco Rubio dijo que «EE.UU. debería reconocer a Juan Guaidó como presidente legítimo», porque «bajo la Constitución de Venezuela, en ausencia de un presidente, el presidente de la Asamblea Nacional asume el poder hasta nuevas elecciones».
Guaidó resultó elegido presidente de la Asamblea el 5 de enero y fue detenido brevemente por el régimen una semana después. Tras el arresto, el vicepresidente norteamericano, Mike Pence, llamó a Guaidó por teléfono para «expresar el apoyo de EE.UU. a la Asamblea Nacional de Venezuela como único organismo de representación democrática del país», según la Casa Blanca. Pence ha descrito posteriormente la reelección de Maduro en mayo como resultado de «unas elecciones robadas».
Según Garett Marquis, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, «EE.UU. estudia en la actualidad qué herramientas diplomáticas, políticas y económicas tiene a su alcance para responder a la usurpación del poder del régimen ilegítimo de Nicolás Maduro». Este organismo no confirma ni desmiente públicamente las negociaciones que tienen lugar en su seno.
Bolton llamó «dictador» a Maduro
John Bolton, el asesor de seguridad de Trump, calificó hace dos semanas a Maduro de «dictador» que «se aferra de forma ilegítima al poder». «La Administración Trump apoya firmemente a la Asamblea Nacional de Venezuela, la única rama legítima del gobierno debidamente elegida por el pueblo», dijo en un comunicado.
Tras las sanciones aprobadas el año pasado contra el círculo de Maduro, incluida su mujer,
Cilia Flores, la Casa Blanca estudia el
siguiente paso: un embargo total a la compra de petróleo de Venezuela en EE.UU. Desde principios de año, altos funcionarios norteamericanos se han reunido con directivos de refinerías y petroleras para asesorarse de las posibles consecuencias de tan drástica medida. EE.UU. importa más de 500.000 barriles de crudo venezolano por día.