Un Brexit sin acuerdo con la UE sería peor que la crisis de 2008

El Banco de Inglaterra echó ayer una mano a la primera ministra, Theresa May, en el intento de la «premier» por salvar su acuerdo de Brexit
y conseguir que sea aprobado en el Parlamento británico el 11 de diciembre.

La máxima autoridad monetaria del país detalló poco menos que un catastrófico futuro para Reino Unido si finalmente se impone una salida abrupta de la Unión Europea. Esto, que podría ocurrir si el pacto con Bruselas es tumbado por los diputados en Westminster, sería para el organismo presidido por el canadiense Mark Carney «peor» que la crisis de 2008.

«Las evidencias señalan que el país aún no está totalmente preparado para una salida sin acuerdo de la Unión Europea. Menos de la mitad de las empresas tienen planes de contingencia para este escenario», afirmó Carney.

Desplome del PIB
El Banco de Inglaterra afirmó que el no acuerdo, que supondría el fin del periodo de transición preestablecido que llegará hasta diciembre de 2020, podría causar una contracción del Producto Interior Bruto (PIB) de casi un 8% en los próximos cinco años, superior al sufrido durante la crisis financiera (un 6,5%).

En un documento de 88 páginas, publicado ahora «para que los diputados británicos valoren» los efectos de esta importante votación, también se refleja que este escenario hundiría los precios de la vivienda, que bajarían un 30%, y haría que el desempleo casi se duplicara, hasta situarse cerca del 8%, con una inflación que aumentaría hasta el 6,5%. Además, en esas circunstancias, «los tipos de interés podrían dispararse al 5,5%», avisó Carney.

El informe, que siguió a otro publicado por el Gobierno británico horas antes, estudió también qué pasaría con otros escenarios posibles y parecidos a los acuerdos que mantiene Bruselas con países como Canadá o Noruega. En todos ellos, las finanzas británicas se contraerían. Solo un acuerdo similar al que ha firmado Reino Unido con Bruselas permitiría crecer a la economía del país en los próximos cinco años, «siempre y cuando se mantengan los lazos más cercanos con la UE» aseguró Carney.

Datos que no sorprenden después de meses en los que todas las predicciones sobre el Brexit eran igual o más de agoreras que la que hace ahora el Banco de Inglaterra. Sin embargo, estas cifras que aporta ahora la entidad podrían ayudar a que algunos diputados que barajan oponerse en el Parlamento den marcha atrás y se pongan del lado del Gobierno.

El ministro de economía, Philip Hammond, un ferviente proeuropeo y principal apoyo de May en el Ejecutivo, lleva alertando días del problema que supondría para el país una salida abrupta. En el informe que su Ministerio, junto al del Brexit, aportaba ayer, se explicaba la diferencia entre apoyar a la «premier» o no. Un Brexit sin acuerdo reduciría el PIB de Reino Unido un 9,3% en quince años, mientras que un pacto como el propuesto por la jefa de Gobierno limitaría el impacto a un 3,9%.

Unas cifras que los más euroescépticos conservadores, con el excéntrico Jacob Rees-Mogg a la cabeza, ya se han apresurado a criticar. Consideran que se trata de una artimaña del Gobierno para vender «miedo» y tratar de «asustar» a la población, y a aquellos diputados que se plantean rechazar el acuerdo de May.