«Nuestros hallazgos son asombrosos», afirma Gregory Roth, del Instituto de Métricas y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, (EE.UU.) y autor principal del estudio. Por eso, subraya, «resulta imperativo que los médicos adviertan a sus pacientes sobre cómo prevenir los accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades vasculares. De alguna manera –indica- debemos conciencia a los jóvenes sobre los riesgos de salud a largo plazo. Por ejemplo, una dieta más saludables, hacer ejercicio regularmente y evitar el tabaco y el alcohol puede suponer una gran diferencia en términos de salud de mayores» .
Los investigadores han empleado los datos del estudio Global Burden of Disease (GBD) y han desarrollado un nuevo valor de medición que combina el riesgo de sufrir un derrame cerebral y sobrevivir o de sufrir ictus y morir. Por primera vez, el estudio estima el riesgo de accidente cerebrovascular a lo largo de todo una vida a partir de los 25 años, mientras que los estudios anteriores comienzan a los 45 años.
De 1990 a 2016
Los autores analizaron el riesgo del primer derrame cerebral -ictus isquémico y hemorrágico-, pero no el de accidente cerebrovascular recurrente, accidente cerebrovascular pediátrico o ataque isquémico transitorio (AIT), comúnmente conocido como «mini ictus», que no produce daño cerebral permanente. Los hallazgos cubren de 1990 a 2016 en 195 países y territorios por edad y sexo.
Los resultados muestran importantes divergencias geográficas. En 2016, las tres regiones con el mayor riesgo estimado eran Asia oriental (38,8%), Europa central (31,7%) y Europa oriental (31,6%), mientras que la región con el riesgo más bajo fue el África subsahariana oriental (11,8%).
El riesgo de accidente cerebrovascular entre los adultos depende en gran medida de los factores de riesgo modificables y de las características de los sistemas de salud
Ahora bien, reconoce Roth, «el menor riesgo de accidente cerebrovascular en África subsahariana no necesariamente representa una menor incidencia o estrategias de prevención y tratamiento más efectivas. Más bien al contrario, las personas allí simplemente corren un mayor riesgo de fallecer por otra causa primero».
El informe advierte un dato positivo: el riesgo de accidente cerebrovascular entre los adultos depende en gran medida de los factores de riesgo modificables y de las características de los sistemas de salud. Por lo tanto, los resultados pueden ser útiles para la planificación a largo plazo, especialmente en términos de prevención y educación pública.
Se deben desarrollar, continúa el documento, programas que alienten a los jóvenes a comer dietas más saludables, así como a evitar el tabaco y el alcohol, aumentar la actividad física y mantener un peso saludable.
¿Cómo prevenirlo?
El ictus es una enfermedad que afecta cada año en España a 120.000 personas. Desde el Grupo de Estudio de Enfermedades Cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN), recuerdan que el 90% de los ictus son prevenibles, basta con llevar una vida sana:
Reduce tu consumo de sal y grasas. Dieta sana y variada
Haz ejercicio moderado, huye del sedentarismo
Deja el tabaco y reduce el consumo de alcohol
Controla tu peso, tensión y colesterol
Realiza controles médicos periódicos
Cumple adecuadamente el tratamiento que te indique tú médico.