«El cáncer incrementa el riesgo de trombos sanguíneos, que a su vez pueden causar dolor, reducir la calidad de vida y aumentar el riesgo de muerte», explica el autor principal, Philip Wells, jefe de medicina del Hospital de Ottawa & Universidad de Ottawa (Canadá). «Nuestro estudio muestra por primera vez que podemos prevenir estos coágulos de manera segura en muchas personas con cáncer».
El cáncer incrementa el riesgo de trombos sanguíneos, que a su vez pueden causar dolor, reducir la calidad de vida y aumentar el riesgo de muerte
Una parte fundamental del estudio fue la identificación de pacientes con cáncer que presentaban un mayor riesgo de desarrollar tromboembolismo venoso. Los investigadores encontraron que cerca de la mitad de todas las personas que comenzaron la quimioterapia estaban en el grupo de mayor riesgo. En total reclutaron a 563 de estos pacientes de 13 centros canadienses y los asignaron para recibir apixaban (2.5 mg dos veces al día durante seis meses) o un placebo de forma aleatoria.
Los resultados mostraron que, de los 275 pacientes en el grupo de placebo, 28 sufrieron un tromboembolismo dentro de los primeros seis meses (10,2%) en comparación con 12 de los 288 en el grupo de apixaban (4,2%). Los investigadores también observaron los efectos secundarios relacionados con el sangrado, ya que se sabe que estos aumentan con el uso de anticoagulantes. Tres pacientes en el grupo de placebo sufrieron una hemorragia mayor (1%) en comparación con seis pacientes en el grupo de apixaban (2,1%), pero todas las hemorragias eran tratables.
La estrategia preventiva también ahorraría dinero, ya que tratar los trombos de sangre puede ser muy costoso
«Los anticoagulantes se usan habitualmente para prevenir los coágulos de sangre en otros grupos de alto riesgo, pero hasta ahora se había pensado que estos podrían causar un sangrado excesivo en las personas con cáncer», señala Marc Carrier, autor del estudio y profesor asociado en el Hospital de Ottawa y la Universidad de Ottawa. «Nuestro estudio muestra que, si se selecciona a los pacientes correctos y se usa una dosis relativamente baja de un anticoagulante oral, los beneficios superan fácilmente los riesgos».
Con aproximadamente 1,9 millones de personas diagnosticadas con cáncer cada año en Canadá y EE. UU., los investigadores estiman que aproximadamente la mitad, o 950,000, podrían ser candidatos a recibir esta terapia como prevención. En esta población, se esperaría que la estrategia prevenga los trombos en 57.000 personas. La estrategia preventiva también ahorraría dinero, ya que tratar los trombos de sangre puede ser muy costoso.