La UE hace encaje de bolillos entre los negocios y la rivalidad con China

Mientras Estados Unidos y el mundo anglosajón abogan por el desacoplamiento con China para no depender de regímenes autoritarios y evitar que se repita en Taiwán una guerra como la de Ucrania, el presidente de Francia, Emmanuel Macron , llegó este miércoles a Pekín acompañado de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y medio centenar de magnates de las grandes empresas galas. Entre ellos destacan los de Alstom, Veolia, Club Med, Galeries Lafayette, BNP Paribas, L´Oreal, Michelin y el consorcio europeo Airbus, lo que supone toda una declaración de intenciones para esta visita oficial en la que se firmarán importantes acuerdos comerciales. Además, de la amplia delegación francesa forman parte cuatro ministros, como los de Exteriores, Economía, Agricultura y Alimentación y Cultura, cinco personalidades políticas y parlamentarias, como el ex primer ministro Jean-Pierre Raffarin, y 15 nombres ilustres del mundo de la cultura, la universidad y la investigación. Los más famosos son el pionero de la música electrónica Jean-Michael Jarre, quien en 1981 se convirtió en uno de los primeros extranjeros en tocar en Pekín y Shanghái y está casado con la actriz china Gong Li, y el cineasta Jean-Jacques Annaud. Este oscarizado director, autor de grandes éxitos como «El nombre de la rosa», «Enemigo a las puertas», «El amante» y «El oso», enfureció al régimen del Partido Comunista en 1997 con la censurada «Siete años en el Tíbet», sobre el Dalái Lama y con Brad Pitt. Curiosamente, en 2015 se ganó el perdón de Pekín con «El último lobo», un espectacular drama ecológico de aventuras ambientado en la «Revolución Cultural» y producido con capital chino y francés. Noticias Relacionadas estandar No La guerra de Ucrania centra la visita de Von der Leyen y Macron a China Enrique Serbeto estandar No La UE no logra romper la falsa neutralidad de China con Ucrania Durante el viaje, Annaud aprovechará para estrenar en China su nueva película sobre el incendio en la catedral de Notre-Dame. Con estos reclamos culturales, Macron corteja a China en busca de negocios multimillonarios mientras la Unión Europea hace encaje de bolillos entre las fluidas relaciones comerciales y la creciente rivalidad política. No hay que olvidar que la visita se produce solo una semana después del duro discurso contra el régimen de Pekín de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. En él, criticó que «China es cada más represiva en el interior y más asertiva en el exterior» y denunció no solo que «ha convertido los derechos individuales de los ciudadanos en una mera subordinación de la soberanía nacional», sino que su objetivo es «un cambio sistémico del orden internacional» para «depender menos del mundo y que el mundo dependa más de ella». «Poli bueno, poli malo» A pesar de estas contundentes palabras, Von der Leyen acompaña a Macron y ambos se reúnen este jueves con el presidente chino, Xi Jinping, en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín. Aprovechando que Xi visitó recientemente a Putin y le presentó su plan de paz para Ucrania, los dos intentarán convencerlo para que siga presionando a Rusia con el fin de detener la guerra. Pero habrá que ver hasta qué punto pueden lograr algo porque Putin incluso ha llegado a un acuerdo con Bielorrusia para desplegar armas nucleares tácticas y ha amenazado con «consecuencias» por el ingreso de Finlandia en la OTAN. Todo apunta a que, imitando a la pareja de «poli malo, poli bueno», Von der Leyen adoptará una posición más fuerte mientras Macron hace gala de los lujos culturales y empresariales de Francia para seguir abriéndose camino en el mayor mercado del mundo. Pero Xi Jinping puede usar esta necesidad económica de Francia y diplomática de la UE para intentar abrir una brecha con EE.UU. y conseguir así su distanciamiento de la Casa Blanca. Encuentro trilateral Antes de dicho encuentro trilateral, Macron se entrevistará a solas con Xi Jinping, con el nuevo primer ministro chino, Li Qiang, y con el presidente de la Asamblea Nacional Popular, Zhao Leji. Tras dichas reuniones, que culminarán con la firma de acuerdos comerciales y una comparecencia conjunta ante la Prensa, Xi agasajará a Macron con una cena de gala en los monumentales salones del Gran Palacio del Pueblo. Al banquete no acudirá Von der Leyen, quien a esa misma hora tiene previsto ofrecer una rueda de prensa en la Delegación de la UE en Pekín. Con una cargada agenda económica, política y cultural, la visita de Macron continúa el viernes en sureña ciudad industrial de Cantón (Guangzhou), donde se verá con un millar de estudiantes de la Universidad Sun Yat-sen y con inversores chinos. En esta megalópolis, corazón de la «fábrica global», Macron celebrará también una cena privada con Xi Jinping. A pesar del delicado momento que vive la escena internacional, el tamaño y lustre de la delegación francesa confirman la vuelta de la normalidad diplomática a China tras las restricciones del Covid 0. Además, este viaje abre una nueva etapa entre Pekín y la UE, que hace encaje de bolillos entre sus vastos intereses comerciales y una rivalidad política cada vez mayor.